jueves, 12 de julio de 2012

Echo de menos sentirme tan parte de algo, como de mi misma, hace meses había descubierto vida lejos de mi egoista percepción, porque aprendemos con lo sencillo que la vida va mas alla que la nuestra propia, y solo lo nuestro es lo que parece lo adecuado y lo mejor.
 Pero el regalo de sentirse tener dos casas, de que tu vida haya tomado sentido despues de 18 años, la pena de que esa sensación se haya esfumado y ahora ya nada sea como antes, los aviones parece que pesan al aterrizar, las palabras parece que se miden para no herir, y para no abusar de ellas en su buen sentido, y lo peor es que si supiera el por que de verme en carencia de un hogar, porque ya no me parecía asi ni siquiera el mio, es no saber que es lo que paso.


¿Que se supone que esconde, una taza de cafe?, es efimera, pero cumple su función
muchos no se terminan de beber de el todo, y otros ansiosos, no dejan ni gota.
Pienso que ella y yo somos una taza de cafe, de esas que te tomas por costumbre y ya nunca acabas,
o que lo usas como excusa para evadirte de tu dia, que a veces preparas entusiasmado, y otras simplemente
no le echas ni azucar, esa que es el inicio de una conversación, pero lo más importante son los sorbos,
pues poco a poco se disfruta más, que llenando tu cuerpo de cafeína para una instantanea reacción.
¿Como vivir de lo sencillo cuando es todo complicado?



No se a quien queria mas en nuestras vidas, si a mi, o seguir alimentandose del miedo, ese que no la dejaba ser quien era en un principio, y lo peor es que vivia enfadada conmigo yo pagando el precio de amar a escondidas,y ella parecia estar a favor de ellos, de los que gritaban y una y otra vez, que no vivieramos una historia que alimentaba dia y noche, nuestras espectativas de futuro y no solo eso, que alimentaba el sentirnos propiedad una de la otra, y asi vivir y compartir lo poco que teniamos en poco tiempo, pero hacer de ello, un mundo donde vivir al margen.a veces tenia ganas de cogerla, y salir corriendo, de que no mirara atras de ser cobarde, de escaparnos y no dar la cara, y que el mundo grite por instantes lo inmaduro que puede llegar a ser, pero sin embargo pecabamos de otra cobardia, yo la cobardia de soportar un amor que me consumia, y ella la cobardia de no controlar el miedo que nos borraba de la mente la verdadera razon por la que estar unidas